jueves, 22 de octubre de 2015

Crítica de Dos días, una noche: cine francés en estado puro

Les films du fleuve
"Le gusta el cine francés". Suena cool. Suena intelectualoide. Suena a persona rara, solitaria, que va contra la corriente abriéndose paso entre filas multitudinarias de espectadores con pochoclo en mano. Es como que hay que ser un poquito cinéfilo para ver cine francés. Aunque para mí, es puro prejuicio, Estamos acostumbrados al ritmo y la forma de pensar de Hollywood, y salirse de eso cuesta.

Entonces tenemos Dos días, una noche que es una clásica película francesa (en realidad es coproducción con Bélgica...) . Es todo eso que es el cine francés. Tampoco voy a caer en generalizar: no todo lo que sale del país galo es igual. Peeeero, hay una forma de ver el cine.

¿De qué se trata?

La cosa es que la chica Marion Cotillard, probablemente uno de los rostro más bellos y talentosos que exportó Francia a la cinematografía mundial en los últimos años, se saca todo el maquillaje, deja que se le note el frizz y se clava una sencilla musculosa con jeans. Al carajo el glamour. Fascinante.

Cotillard encarna a una madre de familia que está recuperándose de una crisis depresiva y cuando está por volver a la fábrica donde trabaja se plantea una disyuntiva. Toda la hora y media de película girará entorno a un planteo bien simple: sus compañeros de trabajo deben optar entre un bono de 1000 euros o que ella mantenga el puesto. Ja! Ya votaron el viernes por el bono pero Marion y una amiga convencieron al jefe de realizar una nueva votación. La chica tiene el fin de semana (dos días, una noche) para convencer a sus colegas de que elijan preservar su puesto y renuncien al bono.

Que bello es el cine en francés

Sí, podría ser el argumento de una película independiente yanki. Pero hay algo que para mí es lo que la hace tan francesa: la postura ante el mundo. Dos dias, una noche no es una película optimista. Es, más bien, una película realista. Y eso no implica que sea deprimente o diga "el mundo es una m&e%*a", no no no. No vas a salir del cine con esa idea. ¿Por qué? Porque ser realista no necesariamente implica ser oscuro o negativo, solo implica parecerse más a la vida real. Ahí es donde Dos días, una noche brilla. Es real, es humana. Es cruda, si, sencilla. pero sobretodo "es". Me lo creo.

Podría definirse como una road movie caminada. ¿Una street movie? Algo así. camina, camina, camina,.. golpea puertas, toca timbres... ¿Aburrida? Ni un poco. Claro, si te gustan las de acción, quizás no te guste, pero a mi me pareció fantástica. Porque hace todo con nada. ¿Bono o mantener el trabajo de una compañera? Es un recorrido por el debate ético de cada uno de los trabajadores pero sin moralina (porque es francesa...). Un si, un no. El peligro de volver a caer en depresión. Es eso, sin más, si menos. Y con esta casi nada, te mantiene ahí en vilo esperando a ver si la mina logra que no la despidan.

Dos días, una noche, dirigida por los hermanos Dardenne, engancha, así que dale una oportunidad al cine francés.


Duración: 95 minutos
País: Francia, Italia, Bélgica
Año: 2014

El dato: La chica Marion Cotillard, que ganó el Óscar por Piaf estuvo nominada al Óscar por esta película. Se pone la película al hombro y la sostiene todo el tiempo ella. Gran trabajo :)

miércoles, 21 de octubre de 2015

Volver al Futuro y yo: confieso que he pecado

Recuerdo hace varios años, estaba en una clase de guión en la facultad. El profesor quería hablar de una película que conociera y amara todo el mundo para poner un ejemplo de algo que ya no recuerdo. Dice: ¿Indiana Jones?. Levanto la mano porque amo esa saga y, si, me la sé de memoria. Pero la levantada de manos no fue unánime. Va por otra y dice: Volver al futuro. Nunca tantos argentinos juntos estuvieron tan de acuerdo sobre algo.  Yo no levanté la mano. Disimulé.


Pasando por clases, conversaciones con amigos, ratos libres en el trabajo, cada cierto tiempo salía la charla respecto a lo genial que es Volver al futuro. Yo decía algo y todos me miraban espantados. ¡Estás loca! ¡No puede ser! La indignación era descomunal. Yo trataba de justificarme, pero no había forma. Era el mundo y yo. La gente reaccionaba más o menos así:




No recuerdo la fecha exacta ni por qué motivo no lo hice antes, pero hoy, con 30 años, puedo decir que solo fue el año pasado cuando vi por primera vez Volver al futuro.

Si, he pecado, pero me redimí. Y hay algo que me pueden seguir reprochando: ni siquiera es que la busqué y la vi. No. Apareció haciendo zapping y lo supe: era mi momento de volverme un ser humano normal. Mi redención. 

Estaban dando la 2 y me quedé viendo sin importar más nada porque la pantalla estaba ante mis ojos mirándome como si lo supiera. Sabía que hasta ese día DeLorean y Marty McFly no significaban nada para mí, pero era el momento de cambiar la historia.

La vi completa, atrapada, experimentando, como me dijo un amigo, la sensación única e irrepetible de ver Volver al futuro por primera vez. 

Un desconocido programador de ese canal de cable -al que le agradezco- supo que una no alcanzaba. Yo debía ver las tres. Y así fue como en un fin de semana vi la 2, la 1 y la 3 (en ese orden) y finalmente me redimí. Atrás quedaron las explicaciones de por qué nunca busqué verla o cómo no se cruzó por el camino de mi infancia. El destino, la casualidad, quien sabe...

Hoy, 21 de octubre de 2015, puedo decir con alegría que entiendo por qué todos, incluida yo, estamos hablando de la llegada de Marty McFly al futuro. Misión cumplida. 




martes, 20 de octubre de 2015

Crítica de 'Hombre Irracional' de Woody Allen: existir a cualquier precio

Gravier Productions
Recién hice la cuenta y Hombre Irracional es la película número 16 que veo de Woody Allen. Lleva filmadas 45 así que podríamos decir que lo conozco bastante sin ser experta. Eso sí, cuando se estrena una nueva de él, no dudo en ir a verla.

El comentario que puedo hacer sobre Hombre Irracional depende de qué punto tome como referencia.

Si comparo este nuevo film contra "el cine", es una buena película, con excelentes planteos filosóficos, que habla del romance y la moral con igual facilidad. Cierra, entretiene y está más que bien.

El conflicto me surge cuando me veo en la tentación de comparar la película con lo mejor de Woody Allen. He leído críticas que la comparan con Match Point. No, permítanme disentir. Match Point fue una película genial, brillante. En esa línea y ese nivel pondría también a Blue Jasmine.

Hombre irracional no es Match Point pero tampoco creo que pretenda serlo. Lo que no me terminó de cerrar es que para comedia, no es suficientemente cómica, y para drama, no es suficientemente oscura. Ojo, comparando a Woody con Woody, fuera de eso es una gran película.

Entonces, ¿de qué va la cosa?

El protagonista (Joaquin Phoenix - siempre eficiente) es un profesor de filosofía apático, borracho, depresivo y pesimista que no siente ningún interés por la vida. Es el arquetipo de casi todos los films de Woody Allen. Es Woody Allen, en su versión dramática. El hombre llega a una nueva universidad donde se enreda con una profesora casada (Parker Posey) y una estudiante (Emma Stone). Hasta ahí, una comedia romántica de visión desencantada.

Pero en medio de eso llega la vuelta de tuerca. Tranquilos, no hay spoiler!!! A partir de cierto hecho, el protagonista decide hacer algo inmoral que lo hace sentir vivo. Y ya verán que es bastante irónico.

El sentido de la vida es una constante en el cine de Allen, abordada desde diversos matices e historias. Lo curioso de Hombre irracional es que en la película, cuando este profesor se planta ante esta situación que lo renueva, el tono sigue siendo el mismo. Lo curioso es que Joaquín Phoenix ES oscuro. Me costó no ver un ambiente más perturbado desde el giro argumental. Quizás se trate de mantener siempre el tono en sintonía con el estado anímico del personaje de Phoenix, aunque aún así, para mí, falta drama.

Eso sí, lo maravilloso es el final: muy Woody Allen y, ahí sí, muy Match Point.

Porque Woody es Woody y lo amaremos siempre

Al margen de esos detalles que no me cerraron del todo (y hasta me da no sé qué decirlo, porque, venga, quien soy yo para decir que Woody puede errarle en algo), nuestro querido director neoyorkino está a punto de cumplir 80 y estrena un film por año desde 1969. O sea! Se dan cuenta?

Me imagino su mente como sus primeros films: un manantial de ideas filosóficas, chistes de humor negro y mujeres que lo enamoran. Eso son sus películas, con grandes matices y aun hoy efectivas. El tipo puede repetir temas, recursos, pero quién no?

Hombre irracional puede encantarles o convencerlos hasta ahí, pero de algo estén seguros: están viendo la obra de una leyenda.

Duración: 95 minutos
País: Estados Unidos
Año: 2015

El comentario de color: ¿no es genial que Joaquin Phoenix aparezca con panza cervecera? O sea, sabemos que no es el típico actor hollywoodense, estrella, ni nada de eso, es re perfil bajo, pero de veras dije: wow, un abdomen de verdad! :)


jueves, 15 de octubre de 2015

Paisá de Roberto Rossellini: una película accesible para entender el neorrealismo italiano

OFI
¿Y para qué irse hasta 1946 y ver una película italiana en blanco y negro? Bueno, porque no solo de pochoclo está hecha la vida. Así que para hablarte un poco de la relevancia histórica del neorrealismo, voy a tomar esta película que, para mí, es de las más accesibles, de las más llevaderas y fáciles de ver.


Pese a su trascendencia histórica, el neorrealismo italiano no atrajo multitudes. Fue un cine marginal que, sin embargo, logró cambiar el camino de la realización cinematográfica. 

Hubo tres cosas que el neorrealismo aportó al cine y lo cambió para siempre:

  • El rodaje en escenarios naturales
  • La participación de actores no profesionales 
  • El relato de historias cercanas a la realidad del espectador
Y entre la camada de directores que protagonizaron este momento histórico del cine estuvo Roberto Rossellini con su llamada "Trilogía de la guerra", que con tres films le dijo al mundo: bienvenidos a la realidad.

Tras formarse en el Cinecittá y en medio de un cine fascista (básicamente, mega-producciones sobre las glorias del imperio romano), Rossellini, junto a realizadores como Vittorio De Sica y Luchino Visconti, deciden cuestionar este cine italiano grandilocuente, basado en mitos atemporales que nada tenían que ver con la realidad del pueblo.

Con esta premisa, Rossellini decide incorporar la estética documental a la ficción para mostrar la verdadera Italia. Así surge su trilogía:

  • Roma, cittá aperta (Roma, ciudad abierta) de 1945
  • Paisá (o Camarada en España) de 1946 
  • Germania anno zero (Alemania, año cero) de 1948.
Hay un avance cronológico de una a otra. La primera se sitúa en plena 2° Guerra Mundial, la segunda en el fin del conflicto, y la última en la devastación de la posguerra.

Argumento y estructura de Paisá

El film narra la liberación de Italia por parte de las tropas norteamericanas y se estructura en seis episodios que recorren el territorio de la península de sur a norte. Esta estrutura es la que, a mi modo de ver, la hace accesible. No es tediosa y sorprende.

  1. Sicilia: una chica italiana ayuda a un grupo de americanos a penetrar en medio de un terreno que no conocen, tratando de que los alemanes no los vean.
  2. Nápoles: un niño pobre que comete pequeños robos, deambula por una ciudad destruida acompañado por un americano negro, miembro de la policía militar, quien sueña con un regreso triunfal a su tierra. Sin rumbo y casi sin entenderse, logran conectarse. (¡Es mi episodio favorito!)
  3. Roma: sobre un soldado americano y una prostituta italiana. Él, borracho, recuerda a una joven que conoció meses atrás, en una Roma llena de triunfo y alegría. Pero ahora Roma es otra y las muchachas también, muchas prostituidas a causa de la pobreza y la marginalidad.
  4. Florencia: una enfermera inglesa se entera que el hombre al que ama se ha convertido en héroe partisano (italianos que resistían el avance nazi) y decide, junto a un amigo, escabullirse por una zona de combate para encontrarlo, o saber, al menos, que fue de él.
  5. Emilia-Romaña: en un convento, unos frailes franciscanos viven ajenos a la guerra y reciben la visita de tres militares americanos que buscan refugio. Uno es católico, uno protestante y otro judío: ¿Cómo combinar la tolerancia, la fe y la figura de Dios en medio de la guerra? Una tregua espiritual que – aún siendo Rossellini un director católico- permite cuestionarse sobre la verdad y la vida.
  6. Valle del Ponarra cómo los americanos y los partisanos intentan no ser encontrados por los alemanes. Un paisaje vacío, inabarcable; un partisano muerto flota sin rumbo por el río. La nada misma, el perverso souvenir de la guerra

Análisis de Paisá: en búsqueda del sentido

Cada uno de los seis episodios tiene como punto en común su desenlace epifánico. El espectador, los personajes o ambos son testigos de una revelación. Cada historia se resignifica y deja al descubierto lo absurdo de la guerra.

Si se tiene en cuenta que el filme cuenta la liberación de Italia por parte de los aliados, está latente el riesgo de creer que Paisá cae en el infaltable cliché hollywoodense de los americanos salvadores. Ellos, los héroes que liberan al país oprimido de turno de sus pesares y regresan triunfales en medio de vitoreo y banderitas agitadas por muñecas imposibles. Pero no esta vez, porque Paisá es una película italiana.

Si en Roma, ciudad abierta los nazis eran los antagonistas, y los italianos las víctimas, en Paisá los roles son menos claros, porque en la guerra hay dos bandos, pero al final del combate solo hay ruinas. 

Paisá resume la postura ideológica de Roberto Rossellini respecto a la inutilidad de lo bélico. Incluso la alegría por el fin de la guerra es cuestionada: ¿y ahora qué? La verdadera victoria sería que la guerra nunca hubiera existido.

*Este artículo fue publicado originalmente el 31/10/2011 en Suite101.net

Duración: 120 minutos
País: Italia
Año: 1946

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